La verdad es que ya estoy bastante acostumbrada a esta situación porque son niños que desde que nacieron pesando alrededor de 1,500 grs. ha sido una de las preocupaciones más grandes a las que me he tenido que enfrentar ¡Y por partida doble! ¿Estaran comiendo todo lo que necesitan? Poco a poco el tiempo me ha dado las respuestas a mis preguntas.
El patrón alimenticio siempre ha sido el mismo: crecen unos centímetros cuando están malitos alimentandose prácticamente de leche materna, cuando se recuperan empiezan a comer como si no hubiera un mañana hasta que vuelven a su peso habitual y cuando llegan allí comienza su particular huelga de hambre ¿Os suena? la verdad es que tiene mucha lógica, los niños son muy inteligentes y realmente si les dejamos cierto margen de libertad ellos son capaces de elegir lo que realmente necesitan, hay estudios que demuestran incluso que son capaces de elegir los alimentos necesarios para llevar una dieta equilibrada que les aporte todos los nutrientes y vitaminas que necesitan para crecer.
Sinceramente la alimentación no es algo que me quite el sueño, pero reconozco que a veces me hacen perder la paciencia , incluso sentir que estoy haciendo algo mal, pero realmente si lo analizo fríamente y a largo plazo creo que comen bastante bien, poca cantidad pero bastante bien, esta claro que tienen sus preferencias culinarias como tenemos todos pero comen ellos solitos y casi de todo, son muy pocas las veces que tengo que prepararles comidas especiales, en casa siempre comemos todos juntos y prácticamente lo mismo, hace poco estuvimos en un restaurante y se estaban comiendo ellos solos un plato de espaguetis carbonara sin cortar, la gente que pasaba por nuestro lado sonreía y una señora incluso se atrevió a preguntarme como habíamos logrado que comieran así en lugar de los socorridos macarrones con tomate, dude por un momento pero rápidamente le contesté: han aprendido ellos solos, desde muy pequeños les permitíamos experimentar con la comida (aún recuerdo ver mi cocina convertida en un campo de batalla día tras día), alrededor de año de edad se negaron a comer purés y especialmente la melliza no consentía que le diéramos nosotros la comida ¡Quería comer sola! entonces nos preguntamos ¿Y si probamos a ver si funciona? Y realmente funcionó, el campo de batalla cada vez terminaba menos sucio hasta que un día empezaron a no manchar prácticamente nada porque aprendieron a manejar los cubiertos correctamente, siempre les hemos ofrecido alimentos adaptados a su edad para que no corrieran peligro y siempre comemos con ellos, creo que a pesar de lo poquito que comen comen bastante sano y en general puedo decir que estoy satisfecha en este sentido, muchos lo llaman Baby-led weaning, yo prefiero llamarlo sentido común porque si aplicamos el sentido común a la alimentación infantil todo es más sencillo de lo que parece ¿No os parece?
