Los bebés son una unidad de I+D. Su cerebro establece conexiones a una velocidad que jamás volverá a alcanzar. ¡Duplica su tamaño! Lo que aprendan en esa etapa marcará su vida adulta.
- El bebé es dependiente. No le deje llorar. Hay quien defiende que es bueno dejar llorar al niño un rato o hasta que se canse. Esto es `opinable´, pero lo que es seguro es que los bebés no pueden gestionar un estrés excesivo. No pueden deshacerse de su propio cortisol. Los adultos hemos descubierto maneras de gestionar el estrés: llamar a un amigo o tomar una copa o un té. ¡Pero los bebés, no! Y a ellos les resultan estresantes cosas muy pequeñas ¡porque les va en ello la supervivencia!
- La autoestima es vital. Dígale que lo quiere. A los seis años debes tener dos cosas fundamentales o no las tendrás ya: la primera, la autoestima suficiente para lidiar con el vecino; y la segunda, la consecuencia de lo bien que te han tratado: que te den ganas de seguir profundizando en el conocimiento de los demás. Para conseguirlas, es fundamental que te quieran y que te lo hayan hecho saber.
- Un bebé no necesita vida social. Hay madres que dejan a su hijo en una guardería porque creen que el bebé necesita socializar. ¡En absoluto! Lo que precisan es atención y cuidados de alguien que los conozca bien. Hay que replantearse cómo cuidamos a los bebés, ¡y con esto no quiero decir que la mujer se quede en casa! Pero es imprescindible crear sistemas para ayudar a los padres.
- Premiar es mejor que castigar. Los niños reaccionan mejor ante las recompensas. ¡Atención, papás y abuelos: es mejor ignorar las maldades de los bebés y recompensarlos cuando hacen las cosas bien! Distinto es cuando se trata de adolescentes. Con ellos es más eficaz el castigo. ¿Por qué? No lo sabemos todavía, pero quizá tenga que ver con que requiere mayor inteligencia cambiar de proceder cuando te equivocas que repetir aciertos cuando te premian por ello.
- Educación emocional. La disminución de la violencia y el altruismo están vinculados al aprendizaje emocional. Y para ello es clave enseñar al niño a gestionar sus emociones. Hacerlo, aumenta en más de un diez por ciento el rendimiento de los alumnos. Demostrado. El siguiente paso es desaprender, renunciar a los prejuicios que nos impiden avanzar. A los niños, en lugar de preguntarles cuando salen del colegio «¿qué has aprendido hoy?», deberíamos preguntarles «¿qué has desaprendido hoy?».
Podemos trabajar sobre nosotros mismos para conseguir metas sencillas en la educación emocional de nuestros hijos, si logramos seguir estos 5 consejos estaremos contribuyendo a crear un mundo mejor en el que la materia prima sera de alta calidad.
Gracias por compartir estos consejos, son muy útiles e invita a refelxionar. Besos!
ResponderEliminarA veces reflexionar es la mejor manera de llegar a nuestros hijos, continuamente nos preguntamos ¿Lo estaré haciendo bien? es muy complicado sabrer cuando lo estamos haciendo bien y cuando nos estamos equivocando, Punset nos da unas claves muy básicas al respecto de sentido común pero que no debemos olvidar.
EliminarGracias por leerme y gracias por comentar.
Pues sí, totalmente de acuerdo! Son de sentido común pero a veces necesitamos velos por escrito para creérnoslos y ponerlos en práctica. Besos!
ResponderEliminarDeberiamos ponernos estas 5 claves básicas en la nevera o algún lugar visible para recordarlas cada día.
EliminarGracias por pasarte a comentar
Es tan obvio lo que ha dicho Eduard Punset que lo raro es que no lo demos por hecho y tengamos que reflexionar sobre ello solo porque él lo ha dicho... vamos que solo basta sentido común para criar a un peque...
ResponderEliminarYo siempre digo que el sentido común es la mejor herramienta que tenemos para ser buenos padres/madres, pero a veces, por las circustancias lo perdemos y no encontramos la salida, por eso viene bien recordar como funciona la mente de los más pequeños, poniendonos en su lugar podemos entenderles mejor, la empatía es nuestra aliada.
ResponderEliminarGracias por comentar en el blog
Cinco consejos que no debemos olvidar y recordar cada vez que nos digan que los malcriamos, que si no les dejamos llorar no se harán independientes, que tenemos que llevarlos a la guarderia para que se socilizen, que nos toman el pelo y hay que castigarles. En fin todas esas cosas que oimos día si, día también.
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