Hoy comienza la semana mundial de la lactancia materna, instaurada oficialmente por OMS / UNICEF en 1992, es actualmente el movimiento social más extendido en defensa de la lactancia materna. Se celebra en más de 120 países, del 1 al 7 de agosto, aniversario de la Declaración de Innocenti, firmada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en agosto de 1990 sobre la protección, el fomento y el apoyo de la lactancia materna.
Este año mi aportación será en forma de experiencia personal ya que tras 3 años y medio de lactancia con mis mellizos la cantidad de vivencias y experiencias personales brotan desde lo mas profundo de mi ser, al igual que la leche que sigue fabricando mi cuerpo gotita a gotita para mis niños grandes y a su vez tan pequeños, a día de hoy cada vez las tomas son mas cortas (apenas segundos), menos frecuentes (a veces una o dos al día) y más intimas (en el calor del hogar), es nuestro momento improvisado de cruce de miradas, un beso, una sonrisa, un te quiero chiquitin/a...se para el tiempo durante unos segundos y después el reloj vuelve a funcionar a su ritmo habitual y cada uno vuelve a lo que estaba haciendo como si nada.
Ha sido mucho lo que hemos pasado hasta llegar aquí, el pecho ha sido su consuelo y su alimento durante mucho tiempo, a día de hoy es un refugio que solo nosotros conocemos, el destete no esta lejos, lo intuyo, será a nuestro ritmo habitual, viviendo sin prisa y dejando hablar a nuestros corazones a través de las miradas, una vez mas mis hijos decidieran cuando están preparados para iniciar una nueva etapa y yo disfrutaré acompañandolos y guiándolos en su camino.
A lo largo de estos años he tenido muchos altibajos que solo he podido ir superando pensando a largo plazo, pensando en que TODO es temporal y TODO pasa, las mastitis, crisis de crecimiento, noches sin dormir, crisis de amamantamiento...apenas son malos recuerdos que mi mente ya casi ha borrado, a veces me hubiera gustado chasquear los dedos y que la lactancia terminara pero entonces hubiera amanecido a la mañana siguiente y hubiese sentido un vacío imposible de llenar, a veces ha sido muy duro pero el balance final es muy positivo, hoy me alegro enormemente de haber confiado mis hijos y haber navegado tantas veces contracorriente porque hoy los vientos me son favorables y puedo mirar atrás sintiéndome plena, plena de miradas, de besos, de sonrisas, de te quieros...plena de aquellos bebes que poco a poco se han convertido en mis niños grandes y cada día dan un paso hacia adelante en su madurez, sin duda ninguno de nosotros olvidaremos los momentos que al pecho hemos compartido.
Feliz Semana Mundial de la Lactancia Materna