Esta semana se celebra la
semana del parto respetado (#SMPR) y no quería dejar pasar la oportunidad para hablar de algo que nunca deja de impactarme :
La maniobra de Kristeller.
La primera vez que escuché a alguien relatar su malísima experiencia de parto en la que el ginecólogo se subió a su tripa y empezó a presionar enérgicamente no sabía ni que la maniobra en cuestión tuviera un nombre, pero desgraciadamente es una técnica bastante utilizada en los paritorios que entraña grandes
riesgos a la madre como traumatismos o incluso rotura de útero en los casos más graves y también
riesgos para el bebé que pueden ir desde los traumatismos más leves hasta lesiones importantes como las del plexo branquial que pueden terminar en cirugía.
Pero si entraña tantos riesgos
¿Porque se sigue utilizando esta maniobra? La propia Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia ya ha indicado en numerosas ocasiones que la maniobra de Kristeller esta contraindicada para facilitar el descenso del bebé, aún así cuando se cierran las puertas de los paritorios algunos profesionales parecen olvidar las recomendaciones y alegan que de este modo el parto se desarrollara mucho mas rápido, es entonces cuando vienen a mi mente miles de preguntas sin respuesta:
¿Porque no respetan el proceso natural del parto?
¿Porque utilizar este tipo de intervenciones tan agresivas para madre y bebé?
¿Porque no se informa a la madre de los posibles efectos adversos y de las alternativas antes de practicarle cualquier maniobra indeseada?
¿Porque no se opta por alternativas que no comporten un riesgo tan elevado?
Ojala algún día todas estas preguntas no necesiten volver a ser planteadas, solo entonces nos daremos cuenta de que la forma de nacer estará cambiando y con ella el mundo.